En Alicante hay una calle que se llama Andrómeda, me lo han contado. Imagino cómo los rayos de luna llena iluminan esa placa de azulejos blancos. Soñando despierta vi aquella esquina. Cuanta gente habrá que pasa por alli, sin siquiera percibir los matices de esa pared.
La costumbre y la rutina nos alejan de apreciar nuestros alrededores vitales, por ejemplo, una hermosa sonrisa, aunque ésta por muy efímera que sea, no se deje besar.
2 comentarios:
Muy interesante ese planteamiento: una sonrisa por más bella que sea no se deja besar...lo pensaré mucho.
No sé cómo llegué aquí, creo que fue por Olimpo, pero está muy interesante tu página.
Saludos
Seño Andrómeda, pare a esos "spamers", que no le tiren basura a su lugar.
Active la opción de la clave para dejar mensajes.
Calle Salú
Publicar un comentario